Aunque su objetivo sea iluminar espacios murales, algunos apliques van más allá de sus fines prácticos, con diseños que también actúan como espectacular decoración. Nuestros favoritos son esos dispositivos cuyo impacto se extiende incluso más allá de su llamativa forma. Estos apliques de pared producen fascinantes interacciones entre luz y sombra. Sus formas se propagan sobre la pared como sobre una tela blanca, dando lugar a brillantes instalaciones artísticas.

Set

Diseñada por J.LI. Xuclà para Vibia, Set es una composición de piezas rectangulares personalizables que, en función de su colocación, produce una interminable variedad de efectos lumínicos. Se compone de un elemento fijo equipado con LED, que proyecta la luz sobre las otras piezas ajustables. A su vez, cada una de ellas emite elegantes juegos de luces y sombras hacia el techo.

Origami

Inspirado en el tradicional arte japonés de doblar papel, Origami -de Ramón Esteve–  presenta un innovador concepto de aplique mural. Los módulos dimensionales pueden combinarse dando lugar a innumerables configuraciones personalizadas y creando composiciones que se extienden a lo largo de una pared como una hiedra. Alimentado por una fuente de luz LED, un halo ambiental alrededor de cada pieza aumenta el impacto artístico de Origami. La instalación también está diseñada para exteriores y zonas húmedas.

Puck Wall Art

La Puck Wall Art de Jordi Vilardell se compone de dos discos superpuestos, que pueden presentarse solos o agrupados en instalaciones personalizadas. Estos astros orgánicos aparecen a contraluz, evocando un eclipse solar y dando lugar a un mural con carácter, que late con un suave resplandor.

 
Fold

Fold, diseñada por Arik Levy, se caracteriza por sus formas cúbicas, que pueden combinarse y crear innumerables instalaciones personalizadas. Su perfil geométrico produce un sorprendente efecto tridimensional: luz y sombra se proyectan desde las formas cúbicas y bañan la pared con motivos chevron luminosos.